Nos encanta compartir momentos en grupo, así que aprovechamos las cercanas vacaciones de verano, para encontrarnos y compartir una tarde-noche excepcional.

Esta vez, quedamos en la puerta de la Catedral de Barcelona para iniciar una gincana por el barrio gótico. Pruebas, mensajes ocultos y algunas sorpresas nos descubrieron cosas del barrio gótico ocultas a la vista de todos y motivaron nuestra ya conocida competitividad.

Finalizada la gincana (de la que todos acabamos encantados), nos espera la azotea de unos de los hoteles más bonitos del gótico. Allí pudimos admirar la ciudad mientras anochecía y brindar por todos los presentes y por los que no pudieron asistir. Cenamos en el mismo hotel y finalizamos nuestro evento recordando las vicisitudes del día a día que siempre nos sacan una sonrisa.